
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 (ODS, por sus siglas) es lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
El ODS5 es uno de los retos de la Agenda 2030 más importantes e históricamente más significativos. Por primera ocasión en la historia de la humanidad el planeta entero se está uniendo para alcanzar la igualdad entre los géneros con el fin de reducir las brechas existentes entre hombres y mujeres. Históricamente, la desigualdad de género entre hombres y mujeres ha sido la norma y sus causas resultado de una complicada serie de relaciones políticas, religiosas, económicas y sociales que en casi todas las culturas de la humanidad le daba un poder superior al hombre sobre la mujer. Así, la naturaleza y las causas de la desigualdad de género han sido multifacéticas y con efectos nefastos para la paz y la prosperidad de todos los humanos.
El derecho al voto es un derecho fundamental en cuanto implica la capacidad de contribuir a la elección del gobierno que representará a los votantes. Este derecho fue una de las victorias más importantes para las mujeres y en muchos países el ejercicio de este voto es aún limitado. Alcanzar la igualdad de todos al acceso al voto es aún uno de los retos mas importantes de la humanidad y el ODS5 busca contribuir a que en todos los países se creen las condiciones de igualdad política entre los hombres y las mujeres.
Asimismo, otros derechos políticos como el respeto de la mujer en temas de negocios, manejo de dinero, herencias, propiedad privada y propiedad intelectual sobre las obras escritas por las mujeres son algunos de los temas que aún están pendientes de ser resueltos en muchos países para asegurar la igualdad de condiciones entre los hombres y las mujeres. El ODS5 tiene como objetivo central que la igualdad de género permita empoderar a futuras generaciones de niñas para aspirar a lograr sus sueños en las mismas condiciones que los niños y para esto es necesario que las leyes y políticas de un gobierno desempeñen un papel en la configuración de las relaciones de igualdad de género a lo largo del tiempo.

Lo anterior sigue siendo un reto muy imporante para Guatemala ya que las leyes sobre la propiedad privada, la custodia de los hijos, el divorcio, el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y el derecho al voto mismo siguen siendo objeto de ataques constantes por visiones fundamentalistas desde el machismo y la misoginia. Muy importante para Guatemala será trabajar en resolver las políticas de género sobre educación que tienen un papel muy importante que desempeñar. Según lo descubierto en el estudio de igualdad de género de OXFAM en 2021,
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el embarazo adolescente es un grave problema en el país; uno de cada cinco nacimientos corresponde a madres niñas y adolescentes. La tasa de mortalidad materna sigue siendo muy alta (140 por 100 mil), en especial en las mujeres indígenas, cifra que es 1.8 veces mayor que en las mujeres ladinas o mestizas. La exclusión histórica de las mujeres se reafirma también con una tasa del 48% de analfabetismo en mujeres indígenas y del 19 % en las mujeres no indígenas (INE 2016). La situación de desigualdad de las mujeres en la sociedad guatemalteca es el resultado de relaciones de poder desiguales que se han establecido y naturalizado en el imaginario social. La idea de ser mujeres las coloca en condiciones de subordinación, exclusión, explotación, abuso, violencia, discriminación y genera una dinámica de vida adversa.
Ante las graves condiciones actuales de desigualdad de género en Guatemala existen diversos campos de acción desde los cuales futuros gobiernos habrán de trabajar. Será vital continuar con los programas de alimentación enfocados en la alimentación de las mujeres y niñas, implementar programas educativos que fortalezcan los carencias de la educación fémina actuales y programas y políticas referidas a superar las desigualdades que viven actualmente las mujeres mayas, garífunas, xinkas y mestizas.

Los ODS son parte de una agenda compartida entre todos los países y funcionan como una herramienta común para alcanzar indicadores globales de mejora de las condiciones de vida para todas las personas. Guatemala se ha comprometido con sus ciudadanos y con los países del mundo para alcanzar en alianza los 17 ODS y los futuros gobiernos deberán velar por el alcance de estos compromisos. Reducir la pobreza mediante acciones legislativas, inversión estatal y privada y mediante programas de gobierno con impactos multidimensionales serán necesarios para mejorar las condiciones de vida económica y de salud, alimentación, educación, vivienda y acceso a los servicios básicos.
