Se amplió el BRICS: ¿más rivalidad o cooperación en la búsqueda del desarrollo sostenible?

El bloque de países BRICS, que agrupa las principales economías emergentes del sur global, realizó recientemente un nuevo paso para ampliar su alcance e influencia con el anuncio de que seis países más fueron invitados a unirse como nuevos miembros. Con la integración de Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a los BRICS se conformará a partir del 01 de enero de 2024 uno de los grupos económicos más importantes del planeta. Desafortunadamente, esta decisión no surge de la búsqueda de la cooperación internacional en el ámbito económico con fines de fomentar la sostenibilidad ambiental o la igualdad de condiciones en el mercado. Menos aún, los países no se unieron con las intenciones de fomentar los objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030. En el aspecto político y económico, los países siguen fomentando prácticas que dividen la economía y se alejan de construir soluciones a los problemas ambientales, la escasez de recursos y la eliminación de la pobreza de los países del sur global.

Al respecto, la CEPAL puntualiza en el informe “Construir un futuro mejor. Acciones para fortalecer la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” que los países se encuentran actualmente en la encrucijada de tomar alguno de los siguientes caminos: a.) mantener el viejo modelo económico y político de aislamiento entre los países ricos, b.) Fomentar la rivalidad entre las economías principales y crear sistemas políticos proteccionistas con el fin de crecer la competitividad de las naciones y, b.) construir acuerdos globales de cooperación, fortalecimiento de la democracia y creación de mecanismos de cooperación multilateral para corregir los problemas estructurales del viejo modelo (CEPAL, 2021). Con el desarrollo de los más recientes acontecimientos bélicos en Europa y las crisis económicas resultantes de la pandemia COVID-19, la agilización de una transición hacia el segundo modelo de rivalidad entre las economías ha aumentado y se acelera con preocupación para el mundo. La rivalidad y su alejamiento de la búsqueda de un desarrollo sostenible compartido por los países más poderosos de la economía se ha reducido y la capacidad de los estados del sur global de buscar el apoyo financiero y técnico de las economías desarrolladas se ve truncada ante una mayor competencia geopolítica.

La ampliación del BRICS es particularmente preocupante como un nuevo sistema de rivalidad global ya que es difícil encontrar puntos en común entre los seis países invitados a unirse a este sistema y cada uno de estos países tiene un rol muy importante en el liderazgo de sus regiones. La integración a este nuevo sistema podría implicar una reducción en la importancia que las decisiones globales en torno a la Organización de las Naciones Unidas. Y sus efectos se verán reflejados en una creciente polarización, falta de decisiones en temas globales como el medio ambiente, el cambio climático o la reducción de la pobreza y, preocupantemente, en un mundo menos predecible y coordinado entre los actores participantes. Junto a esto, se suma que en el mundo policéntrico que se empieza reconfigurar, se empiezan a observar a la vez un sistema internacional que sufre de amenazas híbridas que resultarán difíciles de identificar, predecir y resolver. Y, para los países más pobres del sur global, esto sistema policéntrico liderado cada vez más por países en rivalidad resultará en un escenario menos abierto a la cooperación internacional, la transferencia de tecnologías y la búsqueda de políticas conjuntas para la solución de amenazas globales compartidas.

La ampliación del bloque de países BRICS es una actividad más que, junto con la continuación de la guerra híbrida entre Rusia, Ucrania y la OTÁN evidencian el surgimiento en los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas de nuevas vulnerabilidades y búsqueda de intereses unilaterales que debilitan la búsqueda de acuerdos comunes que fomenten un desarrollo sostenible global. En estas nuevas condiciones, las acciones en conjunto que realice el BRICS serán una advertencia al resto del mundo respecto a si aumentarán las vulnerabilidades de un planeta cada vez más policéntrico en el que bloques busquen intereses meramente egoístas, pecuniarios, cortoplacistas e incluso antidemocrático o si, como resultado, la creación de un nuevo bloque en torno a BRICS, fomentará la construcción de objetivos compartidos alineados a las metas del desarrollo sostenible de la Agenda 2030 y las visiones de construcción de una nueva economía circular de alcance global.