Trabajemos por una Guatemala competitiva y sostenible: mis reflexiones y nuevos retos hacia el 2025

Durante este primer año en el gobierno, he tenido el privilegio de conocer diversas perspectivas, tanto nacionales como internacionales, de actores comprometidos con el desarrollo y la competitividad de nuestro país. Mi labor en el Ministerio de Economía, asesorando en temas de Comercio Sostenible, ha sido una experiencia profundamente transformadora que me ha permitido derribar paradigmas y contribuir al desarrollo de planes para que Guatemala se consolide como un actor económico atractivo, sólido y sostenible. Estoy profundamente agradecido con el equipo del Ministerio y con los representantes de organizaciones internacionales, el sector productivo y la sociedad civil, quienes generosamente nos han compartido su conocimiento y visión para contribuir a la construcción de una Guatemala más sostenible y competitiva.

 Sin duda, Guatemala tiene una oportunidad única en este momento para cultivar su especialización y manufactura con valor agregado trascendiendo la dotación básica de commodities para el mundo. Guatemala debe continuar invirtiendo estratégicamente en capital humano, impulsando la educación, la investigación y la formación especializada y para esto se requiere de un equipo desde el gobierno comprometido con la construcción de un mejor país. Este compromiso ha sido la guía de nuestro equipo de trabajo en el gobierno y continuará siéndolo en futuras posiciones en las que trabajaremos en 2025.

Pero cultivar esta oferta con valor agregado también requiere que entendamos las complejas condiciones de la demanda global y nos preparemos con prácticas resilientes. Desde el gobierno debemos continuar fortaleciendo un mercado interno exigente y sofisticado que impulse a las empresas a la innovación constante. Para lograr esto, el desarrollo de la competitividad de las MIPYME es una prioridad y también la construcción de las redes de negocios e infraestructura que permitan llevar este desarrollo a toda Guatemala. Un mercado interno que demande altos estándares de calidad y se mantenga a la vanguardia de las necesidades globales, como lo demuestra un estudio del BID que vincula la exigencia local con un 20% más de probabilidades de exportar, es crucial para el éxito de nuestro país. Asimismo, el desarrollo de clústeres de industrias interconectadas, como el exitoso caso del turismo de salud y tantos otros ejemplos de dinamismo empresarial, permitirán la colaboración, el intercambio de conocimientos y la generación de sinergias que multiplican la competitividad.

Como grandes retos para los próximos tres años, tenemos el centrarnos en la estrategia sostenible que la Política de Gobierno 2024-28 ha presentado y mantenerla alineada con el Plan Nacional de Desarrollo: K’atun Nuestra Guatemala 2032 velando porque prioricemos los cinco pilares estratégicos del plan: 1. Reducir las brechas de desigualdad entre la Guatemala urbana y rural, 2. Fomentar un bienestar para toda la gente y 3. Contribuir a facilitar la creación de riquezas para todos y para todas velando porque estos no comprometan el aprovechamiento sostenible de 4. Recursos naturales para hoy y para el futuro. Todo esto, recordando la obligación de todos nosotros por velar se mantenga un sólido 5. Estado garante de los derechos humanos y conductor del desarrollo,

Entre mis principales metas para el 2025 estarán contribuir a promover un entorno que estimule la creación de empresas dinámicas, capaces de innovar y adaptarse a los desafíos cambiantes del mercado global en distintos territorios del país. Debemos contribuir a reducir el bajo desempeño en el pilar de “Dinamismo empresarial” del Índice de Competitividad Global, donde Guatemala ocupa el puesto 98 de 141 países, asegurando que el Estado fortalezca su participación en el impulso del espíritu emprendedor y la competencia en todos los departamentos.  Asimismo, trabajaremos con todo nuestro compromiso en fomentar una competencia e innovación para fomentar un crecimiento inclusivo. Para esto, la mejora de los servicios estatales cumpliendo estándares de economía circular será vital en los nuevos desarrollos territoriales aprovechando el uso de la digitalización, las energías renovables y los sistemas de saneamiento y reciclaje.  Para lograr esto, deberemos continuar contribuyendo al desarrollo y cumplimiento de un marco regulatorio que aproveche su potencial innovador sin comprometer la equidad. Pero la inversión y la infraestructura no son suficientes. En 2025, me comprometeré a buscar aumentar y mejorar la educación en el país y unir los esfuerzos público-privados para mejorar la tan necesaria inversión en educación como recomienda la UNESCO para construir una fuerza laboral capacitada y reducir las raíces de la migración. Para esto, invertir en infraestructura digital a nivel municipal y promover la alfabetización digital son esenciales para cerrar la brecha digital y facilitar la participación en la economía global de todos los guatemaltecos.

Cierro el 2025 con una profunda alegría con el trabajo que realicé este año junto a tantos compañeros y con un firme compromiso de trabajar por mi país. Estoy convencido de que Guatemala tiene en sus manos la oportunidad de construir un futuro próspero basado en la innovación, la competitividad y el crecimiento inclusivo. Este es el momento crucial para unirnos como nación y enfocar nuestros esfuerzos hacia un propósito común. Si trabajamos juntos, estoy seguro de que las metas de Desarrollo Sostenible estarán cada vez más al alcance, permitiendo que Guatemala libere todo su potencial y se posicione en el mapa global por las razones correctas, generando beneficios reales y duraderos para todos y todas.

Agenda 2030: ODS4

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El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS, por sus siglas) es garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.

Recientemente, se publicó una nota que ha causado mucha preocupación en Guatemala y en la que se indica que el coeficiente intelectual promedio de los guatemaltecos y guatemaltecas es uno de los más bajos del mundo. La noticia causó preocupación en distintos sectores y en grupos de redes digitales que discutían “¿cómo llegamos a esto?”. Sin embargo, la causa detrás de este resultado es compleja y se encuentra en problemas sistémicos de larga duración y de múltiples factores. El estudio publicado por el World Population Review reveló que Guatemala ocupa el puesto 196 en términos de coeficiente intelectual (CI) de la población entre 199 países del planeta. Guatemala tiene un puntaje de 47.72 en el estudio y supera a otros países de la región como Nicaragua en la posición 193, Honduras en el lugar 185, El Salvador en el 162 y Panamá en el lugar 124.

Durante décadas, Centroamérica ha mantenido niveles de educación muy bajos debido a diversos factores relacionados a la calidad de la alimentación, la calidad de los sistemas educativos, la baja preparación y disponibilidad de catedráticos y la ausencia de sistemas escolares en áreas vulnerables de los países. En Guatemala, la ausencia del Estado en la mayoría de las zonas pobres y vulnerables del país ha sido una constante que con la pandemia solamente se incrementó afectando la calidad de vida de los y las guatemaltecas.

De acuerdo con la gráfica anterior, solamente los países de Nepal en Asia y Sierra Leona y Liberia en África tienen niveles peores de coeficiente intelectual promedio de sus poblaciones. Estos países comparten con Guatemala condiciones similares de pobreza, un proceso de descolonización, corrupción, clientelismo político, falta de salud y de alimentación adecuada y falta de estabilidad política y certeza jurídica para el desarrollo de la inversión.

El ODS4 tiene como objetivo el desarrollo para Guatemala de una de sus más importantes fuentes de riqueza potencial y uno de los principales motores de diferenciación en el mundo globalizado: su población. Aparte de unos pocos países con abundantes recursos naturales, el activo productivo más importante de países como Guatemala es la mente de sus ciudadanos. El papel del coeficiente intelectual de un país tiene impactos directos en la creación de la prosperidad económica, economías más competitivas y gobiernos más democráticos.

Las metas de la Agenda 2030 buscan que Guatemala ante las actuales condiciones de retraso educativo de su población mejore sus niveles de alimentación general de la población, mejora en la inversión estatal en la educación pública y en la salud pública y que se fomente la inversión de las empresas privadas en la búsqueda de fortalecer la calidad educativa de las nuevas generaciones de Guatemala.

La importancia de que Guatemala logre garantizar la calidad de la educación tiene como resultado crear un multiplicador social debido a que, al estar rodeado de gente inteligente, las personas són más productivas y el país es más competitivo. Como resultado, existe una relación directa entre el incremento del ingreso del PIB per cápita en relación con el IQ de la población como la siguiente gráfica explica:

Los beneficios de una mejora de los niveles de educación no son solo económicos. También, una mejora en la educación también ha demostrado que resulta en un fortalecimiento de la democracia y de la estabilidad política de los países que se alejan del populismo y de extremismos fundamentalistas. De la misma manera, la mejora de las condiciones de vida reduce la inestabilidad social y mejora los niveles educativos de la población en barrios que anteriormente eran más pobres o eran considerados zonas rojas o peligrosas.

Tal y como dijo el filósofo Immanuel Kant, “un pueblo educado es un pueblo libre“. Al referirse a la educación, el filósofo explicó qeu “no basta con el adiestramiento; lo que importa, sobre todo es que el niño aprenda a pensar” y la educación lo liberaría para emanciparlo completamente y aprender a reflexionar críticamente y ser sujetos 100% autónomos. Así, la mejora en la educación permite a la población de los países y a sus ciudadanos gobernarse a sí mismos y detener el surgimiento de tiranos.

Los ODS son parte de una agenda compartida entre todos los países y funcionan como una herramienta común para alcanzar indicadores globales de mejora de las condiciones de vida para todas las personas. Guatemala se ha comprometido con sus ciudadanos y con los países del mundo para alcanzar en alianza los 17 ODS y los futuros gobiernos deberán velar por el alcance de estos compromisos. Reducir la pobreza mediante acciones legislativas, inversión estatal y privada y mediante programas de gobierno con impactos multidimensionales serán necesarios para mejorar las condiciones de vida económica y de salud, alimentación, educación, vivienda y acceso a los servicios básicos.

Entendiendo el racismo en Guatemala ¿Qué opinas?

Hace algunas semanas estaba leyendo un cuadernillo de investigación de la USAC titulado “El Terrateniente guatemalteco: una aproximación a su concepción ecológica y a los efectos de su práctica productiva sobre el medio ambiente” y me parece prudente mencionarlo ahora que la gente ha empezado a hablar en demasía con términos abstractos como “guatemala” “guatemaltecos” “nosotros” “ellos” y a veces abusan de los términos vacíos con los que pretenden hacer representaciones de unidad. Continue reading “Entendiendo el racismo en Guatemala ¿Qué opinas?”