Agenda 2030: ODS15

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 15 (ODS, por sus siglas) tiene como meta gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad. Este ODS se enfoca en la necesidad del fortalecimiento de los países y su legislación vigente en para proteger los bosques y detener la pérdida de biodiversidad.

La tala de árboles es tan antigua como el establecimiento de las primeras aldeas de humanos hace miles de años. Los restos de las aldeas más antiguas que se han encontrado fueron viviendas construidas con barro y ramas de árboles hace más de 19,000 años en las orillas del Mar de Galilea. Desde entonces, la madera y la civilización humana han sido inseparables para el desarrollo de nuestros actuales estilos de vida. Desafortunadamente, la relación entre los humanos y los bosques entró en un proceso de desbalance por la tala excesiva que ha resultado del veloz crecimiento de la población humana en los últimos 200 años. Como se observa en la siguiente gráfica, en 1928 eramos tan solo 2,000 millones de humanos y actualmente hemos cuadruplicado este número a 8,000 millones de habitantes al 2023.

Como resultado de este veloz crecimiento de la población, la Agenda 2030 busca que los países del sur global que mantendrán un veloz crecimiento de la población, implementen acciones que reduzcan la deforestación de los bosques tropicales, fomenten la reforestación de zonas que son taladas para convertirlas en tierras de cultivo y pastos de animales y reducir la tala ilegal para la generación de leña en los hogares más pobres. De toda Centroamérica, Guatemala es el país con el mayor porcentaje de deforestación en los últimos años y los principales retos que el país tiene son: a.) mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones más pobres que practican la tala ilegal para proveer de leña en sus hogares y b.) combatir el veloz crecimiento de la narcoganadería que ha causado la tala ilegal de inmensos territorios de bosques en el país.

La narcoganadería en Guatemala ha deforestado amplios territorios de bosques en el norte y occidente del país para convertirlos en tierras de pastos. Esta práctica ha crecido vinculada a una creciente -e ilegal- industria de corte de maderas preciosas. La Universidad de Texas realizó un estudio en Guatemala e identificó que entre el 59% y 87% de la deforestación en las áreas protegidas, biotopos y parques nacionales que forman la Reserva de la Biósfera Maya de Guatemala corresponde a la “cría ilegal de ganado”. Esta zona, equivalente a 2,2 millones de hectáreas no ha sido protegida por el Estado de Guatemala especialmente en el departamento de Petén.

Al menos un tercio de todos los bosques del mundo han desaparecido y su recuperación es vital para la continuidad de la especie humana. Los bosques están directamente vinculados no solo a la generación de oxígeno y almacenamiento de carbono, sino también a la generación de agua potable, preservación de la vida de animales e insectos vitales para el balance ecológico y evitan la erosión de los suelos a la vez que lo fertilizan. La meta del ODS15 es uno de los principales esfuerzos que se deben fomentar desde la legislación del país. Para lograr lo anterior, algunas de las acciones que se deben fomentar son:

  • Penas y castigos más fuertes a individuos que deforestan.
  • Mejor protección y mayor presupuesto estatal a la protección de áreas protegidas.
  • Creación de mayores incentivos fiscales para que empresas privadas reforesten y establezcan zonas de bosques vírgenes protegidas.
  • Fomento de la reforestación y reparación de la huella de carbono generada por las empresas con incentivos fiscales.
  • Educación a la población sobre la importancia de la protección de los bosques.
  • Mejora en los planes estatales para proveer de estufas ahorradoras y estufas con tecnologías que permitan eliminar por completo el uso de la leña para generación de fuego en los hogares.

Detener la deforestación es el primer de muchos pasos que el ODS15 tiene como objetivo. Junto a esto es necesario que los países luchen contra la desertificación, se rehabiliten los suelos degradados por la práctica de monocultivos, la sequía y las inundaciones, y reducir la degradación de los hábitats naturales para proteger las especies amenazadas y evitar su extinción en todo el país.

Los ODS son parte de una agenda compartida entre todos los países y funcionan como una herramienta común para alcanzar indicadores globales de mejora de las condiciones de vida para todas las personas. Guatemala se ha comprometido con sus ciudadanos y con los países del mundo para alcanzar en alianza los 17 ODS y los futuros gobiernos deberán velar por el alcance de estos compromisos. Reducir la pobreza mediante acciones legislativas, inversión estatal y privada y mediante programas de gobierno con impactos multidimensionales serán necesarios para mejorar las condiciones de vida económica y de salud, alimentación, educación, vivienda y acceso a los servicios básicos.

Agenda 2030: ODS14

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (ODS, por sus siglas) tiene como meta Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Este ODS se enfoca en la protección de los océanos, la vida marina y el fomento de la adaptación y resiliencia en los territorios costeros para reducir la contaminación que se genera.

El ODS14 es muy amplio y no se conecta solamente con las ciudades costeras sino también con las cuencas hidrográficas por las cuales descienden los ríos de agua dulce hacia los océanos. Actualmente, los ríos son una de las principales fuentes de contaminación y el ODS14 busca que los países establezcan programas de manejo y gestión de los residuos sólidos y líquidos que son vertidos en ríos, lagos y océanos.

La protección de los océanos también aspira a velar por que se mantenga el balance de la vida marina y la protección de las especies de flora y fauna que habitan los mares. Entre el 70-80% del oxígeno que respiramos proviene de los océano y es el mar –y no las selvas tropicales que sólo producen entre el 20-30%– y en el mar se encuentran los mayores productores de oxígeno. El océano produce oxígeno a través de las plantas fitoplancton, del plancton y las algas marinas. Estos seres vivos producen oxígeno como un subproducto de la fotosíntesis, un proceso que convierte el dióxido de carbono y luz solar en azúcares que el organismo utiliza para obtener energía.

Imagen de SeaWiFS que muestra la concentración de clorofila-a en el mar frente a la costa de Florida. Las grandes concentraciones visualizadas por el color rojo indican brotes de algas.
Fuente: NASA

La protección de este sensible balance marino es estudiado por los científicos porque el incremento del calentamiento de los océanos es una de las principales causas de destrucción y desertificación de los océanos. Desafortunadamente, en el año 2023 se alcanzaron records históricos de incremento de la temperatura de los océanos marinos y los científicos explican que el mundo está ante una de las mayores “deforestaciones” de los pastos marinos y áreas de coral. El jueves 17 de agosto de 2023, los científicos de la NOAA brindaron una sesión informativa sobre cómo el aumento de las temperaturas oceánicas cálidas sin precedentes han estresado, blanqueado y, en algunos casos, matado a los corales dentro de las 3800 millas cuadradas del Santuario Marino Nacional de los Cayos de Florida. Este caso se ha observado también en los demás océanos del planeta.

Área máxima de alerta mundial por satélite de NOA de 5 km de decoloración de corales en lo que va del año. Desde enero al 18 septiembre 2023

A los arrecifes de coral se les denomina “selvas tropicales del mar” y junto a los pastos marinos de algas son habitados por una increíble biodiversidad. Estas zonas proporcionan beneficios vitales como parte de los ecosistemas marinos al sostener hábitats para la vida marina, amortiguar los impactos dañinos de las tormentas en las comunidades costeras y apoyar las economías locales a través del turismo y la pesca. La protección de estas zonas es uno de los principales objetivos de los ODS y la responsabilidad involucra a todos los países del mundo (incluso aquellos sin acceso a los océanos). La protección de los océanos en los países del sur global también invoca a través de la Agenda 2030 que los países ofrezcan educación y financiamiento para que los pueblos pesqueros mejoren sus prácticas, reduzcan los desperdicios y establezcan zonas marinas de seguridad y protección de especies amenazadas. Asimismo, se aspira a que los países del norte global establezcan mayores regulaciones en las industrias globales de pesca para facilitar la transición hacia industrias de pesca sostenibles. Al año 2020, como se observa en las siguientes gráficas más del 79% de la pesca global ya se realizaba según la definición de pesca sostenible. La pesca sostenible es aquella en que cada país pesca los máximos establecidos por cada territorio, permitiendo a los pescadores captar la mayor cantidad de peces posibles sin poner en riesgo la reproducción y estabilidad de las poblaciones pescadas. A pesar de esta mejora en las prácticas pesqueras, aún existen amplias zonas de pesca ilegal y pesca de especies marinas en peligro de extinción.

Los ODS son parte de una agenda compartida entre todos los países y funcionan como una herramienta común para alcanzar indicadores globales de mejora de las condiciones de vida para todas las personas. Guatemala se ha comprometido con sus ciudadanos y con los países del mundo para alcanzar en alianza los 17 ODS y los futuros gobiernos deberán velar por el alcance de estos compromisos. Reducir la pobreza mediante acciones legislativas, inversión estatal y privada y mediante programas de gobierno con impactos multidimensionales serán necesarios para mejorar las condiciones de vida económica y de salud, alimentación, educación, vivienda y acceso a los servicios básicos.

Se amplió el BRICS: ¿más rivalidad o cooperación en la búsqueda del desarrollo sostenible?

El bloque de países BRICS, que agrupa las principales economías emergentes del sur global, realizó recientemente un nuevo paso para ampliar su alcance e influencia con el anuncio de que seis países más fueron invitados a unirse como nuevos miembros. Con la integración de Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a los BRICS se conformará a partir del 01 de enero de 2024 uno de los grupos económicos más importantes del planeta. Desafortunadamente, esta decisión no surge de la búsqueda de la cooperación internacional en el ámbito económico con fines de fomentar la sostenibilidad ambiental o la igualdad de condiciones en el mercado. Menos aún, los países no se unieron con las intenciones de fomentar los objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030. En el aspecto político y económico, los países siguen fomentando prácticas que dividen la economía y se alejan de construir soluciones a los problemas ambientales, la escasez de recursos y la eliminación de la pobreza de los países del sur global.

Al respecto, la CEPAL puntualiza en el informe “Construir un futuro mejor. Acciones para fortalecer la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” que los países se encuentran actualmente en la encrucijada de tomar alguno de los siguientes caminos: a.) mantener el viejo modelo económico y político de aislamiento entre los países ricos, b.) Fomentar la rivalidad entre las economías principales y crear sistemas políticos proteccionistas con el fin de crecer la competitividad de las naciones y, b.) construir acuerdos globales de cooperación, fortalecimiento de la democracia y creación de mecanismos de cooperación multilateral para corregir los problemas estructurales del viejo modelo (CEPAL, 2021). Con el desarrollo de los más recientes acontecimientos bélicos en Europa y las crisis económicas resultantes de la pandemia COVID-19, la agilización de una transición hacia el segundo modelo de rivalidad entre las economías ha aumentado y se acelera con preocupación para el mundo. La rivalidad y su alejamiento de la búsqueda de un desarrollo sostenible compartido por los países más poderosos de la economía se ha reducido y la capacidad de los estados del sur global de buscar el apoyo financiero y técnico de las economías desarrolladas se ve truncada ante una mayor competencia geopolítica.

La ampliación del BRICS es particularmente preocupante como un nuevo sistema de rivalidad global ya que es difícil encontrar puntos en común entre los seis países invitados a unirse a este sistema y cada uno de estos países tiene un rol muy importante en el liderazgo de sus regiones. La integración a este nuevo sistema podría implicar una reducción en la importancia que las decisiones globales en torno a la Organización de las Naciones Unidas. Y sus efectos se verán reflejados en una creciente polarización, falta de decisiones en temas globales como el medio ambiente, el cambio climático o la reducción de la pobreza y, preocupantemente, en un mundo menos predecible y coordinado entre los actores participantes. Junto a esto, se suma que en el mundo policéntrico que se empieza reconfigurar, se empiezan a observar a la vez un sistema internacional que sufre de amenazas híbridas que resultarán difíciles de identificar, predecir y resolver. Y, para los países más pobres del sur global, esto sistema policéntrico liderado cada vez más por países en rivalidad resultará en un escenario menos abierto a la cooperación internacional, la transferencia de tecnologías y la búsqueda de políticas conjuntas para la solución de amenazas globales compartidas.

La ampliación del bloque de países BRICS es una actividad más que, junto con la continuación de la guerra híbrida entre Rusia, Ucrania y la OTÁN evidencian el surgimiento en los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas de nuevas vulnerabilidades y búsqueda de intereses unilaterales que debilitan la búsqueda de acuerdos comunes que fomenten un desarrollo sostenible global. En estas nuevas condiciones, las acciones en conjunto que realice el BRICS serán una advertencia al resto del mundo respecto a si aumentarán las vulnerabilidades de un planeta cada vez más policéntrico en el que bloques busquen intereses meramente egoístas, pecuniarios, cortoplacistas e incluso antidemocrático o si, como resultado, la creación de un nuevo bloque en torno a BRICS, fomentará la construcción de objetivos compartidos alineados a las metas del desarrollo sostenible de la Agenda 2030 y las visiones de construcción de una nueva economía circular de alcance global.

Agenda 2030: ODS 14

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (ODS, por sus siglas) tiene como meta conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos. Este ODS se enfoca en la protección de los ecosistemas acuáticos y en la toma de medidas por los individuos, el sector privado y los gobiernos que contribuyan a asegurar no solo el cuidado sino el uso responsable y sostenible de estos ecosistemas.

Para todos los países del sur global, alcanzar el ODS14 implica la prevención y reducción de la contaminación marina por industrias que no cumplen con los requisitos ambientales. Especialmente, este ODS busca que se establezcan normativas en todos los países que mejoren los estándares de calidad de aguas que se utilizan y los desechos de agua que sean parte de programas integrales de tratamiento. La gestión y protección de los ecosistemas marinos requiere que, desde las áreas urbanas en lo alto de las montañas se cuente con el tratamiento adecuado de las aguas vertidas por hogares, comercios e industrias.

Proteger los ecosistemas marinos también requiere de que los países incluyan en sus currículas educativas un plan de educación integral para que desde niños aprendamos a consumir y utilizar el agua de forma responsable. Este ODS es de vital importancia en países donde el estrés hídrico ya es un problema que se vincula con problemas secundarios peligrosos como: incremento de enfermedades por falta de acceso a agua sana y potable, enfermedades por falta de higiene adecuada, entre otros.

el ODS14 también tiene por objetivo la educación sobre la importancia de la protección de ecosistemas marinos y entorno a las zonas marinas. Uno de los pulmones más importantes del mundo es el generado por los ecosistemas de manglares que tienen una capacidad inmensa de absorción de CO2, generación de oxígeno y protección de las costas ante el incremento de las lluvias e inundaciones. Guatemala cuenta con una de las barreras de manglares más importantes del mundo y el ODS14 busca que las personas conozcan y protejan estos ecosistemas.

Pero el ODS14 no solo se relaciona con el agua, sino también con la protección de los bosques y el fomento de la reforestación como una de las herramientas más importantes que tiene el hombre para asegurar que sigamos contando con la suficiente agua dulce para sostener nuestra vida. Desde 1950, la cobertura de bosques en Guatemala se ha reducido a más de la mitad por causa de la deforestación ilegal, agricultura, ganadería y el uso de madera para las cocinas. Es de vital importancia que desde los distintos campos de influencia, fomentemos la reforestación como una de las principales acciones para alcanzar esta meta de la Agenda 2030.

Los ODS son parte de una agenda compartida entre todos los países y funcionan como una herramienta común para alcanzar indicadores globales de mejora de las condiciones de vida para todas las personas. Guatemala se ha comprometido con sus ciudadanos y con los países del mundo para alcanzar en alianza los 17 ODS y los futuros gobiernos deberán velar por el alcance de estos compromisos. Reducir la pobreza mediante acciones legislativas, inversión estatal y privada y mediante programas de gobierno con impactos multidimensionales serán necesarios para mejorar las condiciones de vida económica y de salud, alimentación, educación, vivienda y acceso a los servicios básicos.