El Costo del Calor, ¿cómo el cambio climático afectará la economía global y amenaza la paz mundial?


Hace unos días fue publicado el artículo de Adrien Bilal de Harvard y Diego R. Känzig de la Universidad de Northwestern analizando el impacto de los cambios globales de temperatura en la actividad económica y su impacto en el crecimiento del PIB per cápita. Este importantísimo artículo ha sido publicado justamente en una fecha muy lamentable para el estudio del cambio climático antropogénico dado que, a partir del 1 de junio de 2024, la media móvil de 365 días de la temperatura de la superficie global alcanzó 1,63°C por encima de la línea de base preindustrial de 1850-1900. Ante esta situación, los expertos están actualizando todos sus indicadores debido al rápido incremento de la temperatura global que está alterando todos los modelos de proyección. A esta crítica situación de valores atípicos, se suma que la anomalía diaria vuelve a superar los 1,7°C.

En el estudio, “The Macroeconomic Impact of Climate Change: Global vs. Local Temperature(link al PDF) Bilal y Kännzig exploran las diferencias entre los efectos de la temperatura global y la temperatura local, destacando cómo estos choques climáticos afectan tanto la productividad como la depreciación del capital, impactando a los países ricos y pobres por igual, aunque de manera exponencialmente más fuerte en los países pobres.

Los investigadores descubrieron que un aumento de 1°Celsius en la temperatura global conduce a una disminución del 12% en el producto interno bruto (PIB) mundial (equivalente casi al PIB de China al 2023), este dato es una estimación mucho más alta que la de análisis anteriores. El mundo ya se ha calentado más de 1°Celsius desde la época preindustrial, y muchos científicos del clima predicen que se producirá un aumento de 3°Celsius para finales de este siglo. La causa de esta aceleración del calentamiento radica en que la quema de combustibles fósiles e industrialización se mantendrá incrementando. El anterior, es un escenario que, según el nuevo documento de trabajo tendrá un costo económico enorme.

El estudio evalúa las consecuencias del cambio climático en el bienestar general y en el costo social del carbono. Bilal y Känzig sostienen que sus resultados indican un costo social del carbono (SCC) de $1,056 por tonelada de CO2 y una pérdida de bienestar del 31% en un escenario de calentamiento moderado. Esto es comparable a los efectos de una guerra perpetua en el mundo.

Estos hallazgos subrayan que el cambio climático no solo es una amenaza significativa para la economía mundial, sino que también tiene implicaciones importantes para la política de descarbonización. Bilal y Känzig destacan que muchas intervenciones de descarbonización tienen un costo que varía entre $27 y $95 por tonelada de CO2 eliminada que también confirma el estudio “Implicaciones económicas de las disposiciones climáticas de la Ley de Reducción de la Inflación” realizado por Bistline et al. en 2023.

La recomendación de los autores enfatiza en la importancia de entender estos efectos para poder desarrollar políticas eficaces que mitiguen el impacto económico del cambio climático y promuevan un crecimiento sostenible que evite los conflictos bélicos.

El cambio climático, al alterar los patrones climáticos y reducir la disponibilidad de recursos naturales esenciales como agua y tierras cultivables, puede exacerbar tensiones sociales y económicas, incrementando la probabilidad de conflictos armados. Las poblaciones afectadas por sequías prolongadas, inundaciones y otros eventos extremos pueden verse forzadas a migrar, generando competencia por recursos escasos en las áreas receptoras y potenciales enfrentamientos. Para detener esta trayectoria hacia la conflictividad, es crucial implementar políticas globales y regionales de manejo sostenible de recursos, promover la cooperación internacional para la adaptación climática y la resiliencia comunitaria, e invertir en tecnologías y prácticas agrícolas sostenibles que optimicen el uso de los recursos naturales. Además, fomentar la descarbonización de las economías y el uso de energías renovables reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero, mitigando así los impactos más severos del cambio climático.

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