La situación en la que se encuentra Centroamérica entera es muy preocupante. Nuestros países y sus gobiernos están siguiendo un camino errado y la corrupción, el clientelismo, las alianzas con el narcotráfico y la captura del Estado por tramposos nos están llevando a situaciones cada vez más deplorables en los índices de desarrollo humano. Esta semana la migración de centroamericanos que buscan escapar del yugo de la pobreza se ha incrementado y las reuniones de los presidentes de la región solo fueron promesas vacías.
Hoy conversé con un migrante y me explicó que salió de su barrio en el sur de Guatemala para unirse a la caravana. Me dijo que huía de lo mismo que había acá en la ciudad de Guatemala mientras me señalaba un graffiti de una Mara famosa en toda la región. Ellos le quitaron hasta el último centavo que tenía por las extorsiones. Ahora, su camino será recorrer, a pie si es necesario, más de cuatro mil kilómetros con la esperanza de llegar a San Bernardo en el estado de California para unirse a sus familiares. Este migrante, a quien le dijeron que mejor saliera sin maletas porque las estaban robando en México no le quedaba ya nada por qué vivir en su pueblo jutiapaneco.
Atrás de él vendrán más, me explicó y poco a poco nos hemos venido convirtiendo en un estado donde ya no se puede vivir y esto es lo que más me preocupa. Lentamente hemos ido avanzando hacia convertirnos en un Estado Fallido donde reina la impunidad y corrupción, donde la infraestructura se cae a pedazos y la reconstruyen solo amigos de políticos con precios sobrevalorados, estamos viviendo ante las puertas de un Estado ineficiente y seguimos retrocediendo en los indicadores de salud y educación a una velocidad preocupante. Leí hace algunos días que Guatemala es el único país del mundo que no está en situación de Guerra y que retrocedió en todos los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles que tienen como misión la adopción de medidas para poner fin a la pobreza.
Durante los últimos años la migración hacia áreas urbanas en Centroamérica y hacia los países del norte en busca de más y mejores trabajos ha continuado y crecido. El aumento de la migración internacional es un poderoso símbolo de la situación de desigualdad y pobreza en que vivimos, ya sea en términos de salarios, oportunidades en el mercado laboral o calidad y condiciones de vida. Millones de centroamericanos y sus familias se trasladan cada año a través de fronteras y continentes, buscando reducir lo que consideran la brecha entre su propia posición y la de las personas en otros lugares más ricos.
Los flujos migratorios han sido una constante en la historia. Sin embargo, sus causas han sido muy variadas y pueden ser afectadas directamente por la acción pública y privada de forma proactiva. No debemos «parar» la migración, sino asegurar que se gestione y regule debidamente la misma. La libertad de movimiento es uno de los derechos fundamentales recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y nuestros países deben enfocarse y preocuparse por las causas que incrementan esas migraciones. Necesitamos generar riqueza y crear fuentes de empleo para las personas que actualmente están migrando.
La generación de riqueza y los derechos de propiedad están inextricablemente vinculados. La importancia de tener derechos de propiedad privada bien definidos y fuertemente protegidos sigue siendo aún necesario en Centroamérica. Las excusas para explicar el fracaso de nuestros países son innumerables: falta de recursos naturales; falta de financiamiento para la educación y salud pública, o hasta la misma la cultura y la religión y la historia. Sin embargo, como Friedrich Hayek, nos enseñó en otro contexto, no podemos explicar el éxito al examinar el fracaso: “Antes de que podamos explicar por qué las personas cometen errores, primero debemos explicar por qué deberían tener razón”.
La pregunta que deberíamos hacernos no es ¿por qué migran los centroamericanos? sino es ¿por qué y cómo deberían prosperar nuestras naciones? La diferencia entre prosperidad y pobreza es la propiedad. Las naciones prosperan cuando los derechos de propiedad privada están bien definidos y se hacen cumplir. Ese es uno de los pilares más importantes del cambio que necesitamos reforzar.
Cuando una familia llega a la decisión de abandonar su hogar, su comunidad y su red de contactos es porque ha llegado al límite de sus capacidades. Para muchos, la migración se convierte en la única y necesaria solución a un problema de inseguridad y pobreza que le impide seguir viviendo en su país de origen. La forma en la que estas personas experimentan y sobreviven en la pobreza es muy distinta y va mucho más allá de no tener los dos dólares necesarios para tener una vida digna según los estándares internacionales de ingresos.
Las causas de la migración van más allá de no poder llegar a fin de mes o pagar puntualmente las facturas de los servicios básicos. La migración en nuestra región en muchas ocasiones viene acompañada del miedo a las maras y al crimen organizado que les impide seguir viviendo en sus hogares. Las causas de la migración son multidimensionales y abarcan muchos más que factores económicos.
Las razones por las cuales millones de centroamericanos migran se encuentran en la falta de escuelas adecuadas y en la falta de educadores capacitados. También, las razones de la migración se encuentran en la falta de servicios de salud adecuados, cercanos y dignos y en la falta de médicos y enfermeros entrenados y capacitados. Las causas de la migración radican en la falta de acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento y drenajes, electricidad y calles y servicios de transporte adecuados.
Los anteriores son todos factores de lo que en ciencias sociales conocemos como perspectivas multidimensionales. Para entender las causas de la migración se requiere que inicialmente nos liberemos de prejuicios y dejemos de entender los problemas de forma aislada. Posteriormente, debemos analizar las causas y motivos de cada una de ellas y luego, tan solo luego, estudiarlas en relación como resultado de acciones políticas en el largo plazo y como la toma de decisiones sociales heredadas a través de generaciones. En cada caso, se debe analizar sus particularidades y aspectos diferentes y siempre debemos aspirar a realizar un análisis basándonos en las teorías y aportes contemporáneos desde cada disciplina.
Además, debemos de adoptar una o más perspectivas a la vez, cuando consideremos las relaciones y los acontecimientos políticos como factores explicativos autónomos o, al contrario, como realidad dependiente de otras causas económicas y sociales. En el caso de las migraciones, los acontecimientos políticos no deben ser entendidos con factores explicativos autónomos como verán a muchos analistas políticos y analistas sociales opinar. Sino que, debemos entenderlos como parte de una realidad dependiente de múltiples causas sociales, económicas y políticas. Poniendo en práctica lo anterior, tendremos la habilidad del sociólogo o del politólogo, para tratar de entender y manejar muchas variables al mismo tiempo y entender el peso de cada una y sus influencias recíprocas en el proceso de las migraciones. Para quienes no conozcan de la teoría al respecto de las causas de las migraciones lo más prudente es evitar caer bajo discursos explicativos autónomos y/o ser engañados por pseudo-académicos. Es nuestra responsabilidad ser prudentes y atentos a la migración como uno de los fenómenos resultantes de la pobreza extrema y la falta de oportunidades.
Durante décadas nuestros gobiernos centroamericanos han olvidado a sus electores y a la población más vulnerable: a los niños, mujeres y ancianos de áreas rurales con menores posibilidades de movilidad económica. La centralización y construcción de los escasos servicios públicos en áreas urbanas para beneficio y creación de centros de mano de obra barata no han sido suficientes para paliar la pobreza multidimensional de nuestros países. Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua están ubicados en las últimas posiciones de los índices de riqueza como resultado de un abandono de sectores clave para la generación de riqueza: la salud, educación y condiciones dignas de vida. Además, nuestra población en pobreza multidimensional carece de acceso a agua potable, de una nutrición adecuada y de educación primaria de calidad y está destinada a continuar viviendo en la pobreza y sin capacidades para salir de ella.
Nuestra región no es la única que sufre de pobreza extrema y multidimensional. En todo el mundo hay alrededor de 879 millones de personas que viven en similares condiciones de pobreza multidimensional y son también los países con mayores flujos de población migratoria hacia países vecinos en busca de mejores condiciones sociales, políticas y económicas. Actualmente, las regiones más pobres son África subsahariana con el 58% de su población (unos 560 millones de personas) que viven en pobreza y de e ellos, 342 millones (el 6%) la experimentan de forma severa la pobreza. Al mismo tiempo, en Asia meridional, el 31% (546 millones de personas) son pobres y son la fuente principal de los emigrantes del mundo que anualmente superan el millón de familias que migran hacia Asia y Europa.
Población de Inmigrantes Centroamericanos en Estados Unidos
En el año 2016, Guatemala y El Salvador representaban el 5% de la población inmigrante de Estados Unidos según el Censo Estadounidense y superaban los 2 millones de migrantes que viven en el país del norte. A la fecha, viven en los Estados Unidos 1.2 millón de guatemaltecos, 1.4 millones de salvadoreños, 500,000 hondureños y 400,000 nicaragüenses. Según el estudio “Survey on International Migration of Guatemalans and Remittances 2016” del Center for Inmigration Studies, el 91% de los emigrantes guatemaltecos lo hacían por razones económicas que resultaron de factores multidimensionales, principalmente económicas. De ellos, el 59% de los emigrantes buscaban un mejor trabajo y mejores ingresos para poder sostener a sus familias en Guatemala y ofrecerles mejores servicios de salud, hogar y educación. Las razones de la migración de los centroamericanos son multidimensionales y no son como muchos pretenden explicar como el resultado de una única causa. El discurso estadounidense de “que combatiendo la violencia y el crimen organizado finalizará con la migración” es erróneo y su uso es malintencionado por aquellos políticos y analistas que quieren lavarse las manos de sus responsabilidades.
Principales Destinos Metropolitanos para los Inmigrantes Centroamericanos en los Estados Unidos, 2011-15
Las migraciones hacia el norte forman parte de la historia centroamericana desde el siglo pasado y no podrán ser detenida fácilmente. La misma es ya parte de nuestro estilo de vida debido a la amplia red de emigrantes que ya se establecieron en Estados Unidos. Sabemos con certeza que la migración centroamericana se desarrolla principalmente dentro de la región mesoamericana para laborar en cultivos agrícolas estacionales y para buscar mejores condiciones de trabajo en áreas industriales urbanas y no hacia otros países. Los países centroamericanos son fuente de emigrantes intra-centroamericanos, al mismo tiempo que son destino de inmigrantes y zonas de transición de unos y otros. Durante muchísimos años el flujo interno de migrantes se ha mantenido activo y dinámico.
Principales Estados de Destino Para Los Inmigrantes Centroamericanos en Los Estados Unidos, 2011-15
Los flujos de población dentro de Centroamérica son diversos, e incluyen tanto la inmigración económica de baja y alta preparación educativa y poder adquisitivo, y considerablemente ha aumentado por los desplazados por causa de desastres naturales y por la carencia de acceso a la salud, educación y servicios básicos necesarios. Uno de los aspectos novedosos del fenómeno migratorio actual centroamericano es la incorporación de la mujer y de la mujer-madre, que ocupa ya casi la mitad de los emigrantes y se ha visto presente en la más reciente ola de migración de hondureños que se dirigen hacia los Estados Unidos.
Las guerras civiles, la inestabilidad política y las dificultades económicas causaron un flujo significativo de emigrantes centroamericanos durante los década de 1980 hacia otros países centroamericanos y hacia México y Estados Unidos. Durante esta época la población centroamericana en los Estados Unidos se triplicó y ahora es una de las principales fuentes de generación de riqueza nuestros países mediante el envío de remesas.
Flujos Anuales de Remesas hacia Centroamérica, 1980-2016
Contrarrestar la migración es difícil y casi imposible. Es necesario que se ataquen las causas de esta y se entienda cómo es que la principal causal: la pobreza multidimensional, puede y debe ser reducida. La región sigue sufriendo condiciones políticas y socioeconómicas precarias que mantienen a la mayoría de la población en condiciones de pobreza. Si no se cambian estás condiciones de pobreza multidimensional, la migración y los índices altos de homicidios y violencia de maras continuarán e impulsarán la migración.
Sin soluciones integrales que abran mayores espacios y oportunidades de educación, salud y empleo, especialmente a las juventudes, las mujeres y la niñez de las áreas más vulnerables, la migración continuará incrementándose y debilitando la capacidad de nuestros países para generar economías competitivas con una población sana, educada y calificada. El modelo económico de explotación, despojo y acumulación de la riqueza en pocas manos tan solo ha afianzado la pobreza multidimensional y la desigualdad en nuestros países y debemos cambiar nuestro modelo económico. Nos queda una difícil tarea por realizar y un largo camino por recorrer…
Los motores comienzan a calentarse y el mundo está lleno de expectativas respecto al 2018. Este año será un “año nervioso” como explicaron con cierta preocupación en uno de los más recientes números en la revista The Economist. Y esto es desde ya cierto para nuestra región; en Centroamérica no salimos de un conflicto y ya nos estamos metiendo en otro más de los ya usuales temblores económicos y políticos que afectan las esperanzas de crecimiento sostenible de la economía.
Economía global:
Para aquellos de nosotros en los negocios, la economía mundial continuará moviéndose a un ritmo moderado. Solo deberíamos preocuparnos de que los banqueros centrales de las economías desarrolladas no continúen jugando con las tasas de interés. Además, hay que leer con atención las decisiones que tome el gobierno británico respecto al acuerdo comercial que establecerá con la Unión Europea luego de su salida (las recientes votaciones fueron un revés para el gobierno conservador y esto es una amenaza para la estabilidad económica y comercial).
Medio Oriente:
El próximo año será particularmente difícil en Medio Oriente debido a la derrota territorial del Estado Islámico. El impacto de esta derrota se verá con más ataques y des-estabilización en Siria, Iraq y Turquía que rápidamente pueden convertirse en líos globales. A esto, debemos sumar la amenaza presentada por el gobierno de Donald Trump y sus pequeños aliados al reconocer la ciudad de Jerusalén como la capital de Israel en un conflicto que tiene más de 50 años de estarse desarrollando.
Corea del Norte – USA:
Asia y el mundo entero se unirán en contra de la proliferación nuclear y deberemos de seguir con mucha atención el abismo de aislamiento económico y político en el que se está sumiendo Corea del Norte; las recientes plásticas entre Corea del Norte y Corea del Sur pueden ser solamente una excusa de Pyongyang por retrasar un ataque directo de Estados Unidos.
Elecciones en Latino América:
Para nuestra región, las principales noticias serán de las elecciones en el año 2018. Brasil y México, las dos economías más grandes de la región tendrán dos controvertidas elecciones y los votantes habrán de decidir entre uno de los peores males en cada candidatura.
Las elecciones en Brasil y México serán decisivas en cuanto al crecimiento o no de América Latina. En Brasil, el gobierno tiene como prioridad estabilizar el aumento de la relación deuda pública versus PIB. La baja en la inflación y las tasas de interés están facilitando una recuperación económica gradual liderada por el aumento del consumo. El resultado de las elecciones presidenciales de octubre de 2018 es incierto. En México, continuará la incertidumbre sobre la revisión del TLC con Estados Unidos y el resultado de las elecciones presidenciales de julio de 2018 ya se hace escuchar. Andrés Manuel López Obrador, del partido de centro-izquierda, sigue siendo el favorito para la presidencia, pero la carrera la decidirá contra Jose Antonio Meade Kuribreña del PRI. Ante esta situación, el crecimiento del PIB promediará 2.1% para México en los períodos 2018-22 según el Banco Mundial.
Centroamérica:
Para Centroamérica, el pesimismo está a la vuelta de la esquina, y la ilegalidad del gobierno hondureño al reelegirse seguirá siendo una controversia durante el primer semestre del 2018. La decisión de los líderes de nuestros país vecino durante las primeras semanas de enero y febrero serán muy importante para determinar el pronóstico económico del país y también el nuestro. Recordemos que más del 40% de las exportaciones guatemaltecas se envían a importadores del Mercado Común Centroamericano (El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica) y cualquier problema político de larga escala en ese país nos impactará seriamente. Es importante recalcar que, en los últimos años, Honduras tuvo el mejor pronóstico económico de crecimiento en la región para los próximos años y el caos creado por la reelección inconstitucional de Hernández puede poner las cosas patas arriba.
Guatemala:
Por último, nos queda Guatemala. El año 2018 será un año clave para la continuidad de las investigaciones de la CICIG y el Ministerio Público. Al momento, se han anunciado que nuevos casos serán presentados a principios del 2018. La lucha entre el Pacto de Corruptos y nosotros, la gente honesta, seguirá siendo una batalla dura y larga. Con la reciente elección de la Junta Directiva del Congreso de Guatemala el Pacto de Corruptos se ha fortalecido. El publico deberá seguir con mucha atención la elección de:
Consulta Popular del diferendo territorial, insular y marítimo con Belice: 15 de abril.
The papers, books and studies related to the urban development of gated communities in the Global South have provided lots of information by problematizing the history and politics behind the imaginary of these projects. Urban developers all over Latin America, Africa and Asia are building hundreds of communities and apartment buildings that imitate European and Western Styles of construction, lifestyle, norms and regulations. This morning I got my hands in one more of these advertisements for a housing project located in a recently developed dormitory city near Guatemala City, Guatemala.
The community is called “Residenciales Pasaje Español” and the development aims at replicating the lifestyle of a Spaniard ideal of a community (while, of course, ignoring reality about Spain’s complexities). The advertisements are all directed at the appeals of the growing middle-class market in Guatemala which is backed by a search for: affordable housing, accesible parks, gated walls around the housing project, 24/7 private police service, white houses that offer access to parking spaces for family-sized cars. All of this providing a “theme-park” feeling that enables you to transport yourself from the violent and insecure life outside of the gates.
Guatemala City and the dormitory cities around it are inhabited by aprox. 3.5 million people with more than 1 million cars and the figures are quickly rising. Many of the gated communities are 1 or 1.5 hours away from most of the office and industrial areas and traffic jam is a constant worry for this people. Alienated from crime and lack of rule of law, these gated-communities offer an escape from public worries to taxpayers and an excuse to ignore the country’s multiple problems.
But as any other theme-park there are many flaws and dangers in the aim to replicate the “ideal society”. The complex is located straight next to a line of huge power towers that represent a health menace to the people that will live in the houses. Also, the gated-community is surrounded by hundreds of new houses and dozens of new gated-communities that once completed and sold will represent an increase in the traffic jam outside of the “housing dream”.
Perhaps it is still time to Rethink the future of our cities. We still have time to further problematize our development model and think about the contradictions behind these city-building dystopias. And bring to light more information regarding how these gated-communities further weaken collaboration, cooperation and citizenship in our societies…
The book by the French economist Thomas Piketty’s Capital in the Twenty-First Century has already become part of everyday discussions and is being referenced among academics. The research by Piketty has come in the perfect time and there are plenty of reasons why. Piketty’s book discussion brings some light to the study of income quintiles and deciles into a new debate of the “the skyrocketing incomes of the 1% — and the mind-boggling gains of the 0.1% and 0.01% — by gathering and publishing income tax data that nobody had bothered with before. Piketty was behind similar projects in France, Britain, Japan, and other countries.” (via Justin Fox at the Harvard Business Review)
I finished reading the book this weekend and it was eye-opening. The book presents great challenges to the study of capital and inequalities in the developed economies as well as in the rest of the world. The book also opens the doors for a wider discussion on the effects European Capital has had in the global economy. Further, the book invites globalists to challenge our understanding of European-centric terms that over longer periods of time become, perhaps, insufficient to comprehend global economic processes over the passing of centuries and how these processes have changed and transformed themselves by a complex evolution and redefinition.
It can’t be denied that capital during all of the 19th Century and in the beginning of the 20th Century was centered in the main European metropolises and extracted most of the goods from the periphery. Few Capital remained in colonies and protectorates. Wealth belonged to the Empires and Poverty remained in colonial territories. Even the poorest of the European was considered Rich by comparison to the inhabitants of Colonies.
Today, European Empires are gone for a while, U.S. Capital increased and gained from the fall of the European Empires and new economies started developing in former Colonies. Giant Economies like China and Russia woke up after decades of isolation from global trade and today reconfigured our understanding of Capital. Piketty’s book somehow fails to explore this Global political changes and its economic effects.
Piketty’s central argument has a gigantic weakness since it is tied to nation-states and cannot be compared or understood in reference to Global Capital flows in today’s multinational economy. Very few references are made to the role played by Multinational Companies and foreign national investments and savings by State Companies in the world. And less is mentioned of global inequalities and the North-South divide that has been increased by the investments done by Developed and Developing Economies in the rest of the world. Piketty argues that Capital has tended over time to grow faster than the overall economy (he focuses on European and US economies); and that income from capital is invariably much less evenly distributed than labor income (again he focuses on European and US economies). Thus failing to acknowledge how Labor income stopped been localized during the 20th Century and it involved multiple polities far away from the metropolis. Piketty argues that together (Capital growth and its uneven distribution) amount to a powerful force for increasing inequality.
Piketty doesn’t take things as far as Marx and this is a pitty. Marx’s methodology involved the State but it also referenced to its effects both and from the peripheries through the pass of longer periods of time. This is one of the most important contributions of Marx: his global understand of the economy.
Piketty shows how over the two-plus centuries for which good records exist, the only major decline in capital’s economic share and in economic inequality was the result of World Wars I and II, which destroyed lots of capital and brought much higher taxes in the U.S. and Europe. However, he again fails to acknowledge how Capital grew in the Global South after these wars as a result of increased inequalities in the Colonies and Agriculture-centered States in South America and Asia. During the wars Capital destruction was followed by a spectacular run of economic growth that involved the entire globe and not only Europe and the U.S. The Cold War is a good reference for finding how Capital flows went from Europe to Asia, America and Africa. As well, the run of economic growth started involving non-State actors in which Capital continue increasing at a higher and faster rate than the one he references and studies. Failing to study this shows in Piketty’s book that after decades of peace, slowing growth, and declining tax rates, capital and inequality are on the rise all over the developed world only, and it’s not clear what if anything will alter that trajectory in the decades to come. However, the declining tax rates, capital and inequality are on the rise at a faster pace in the developing economies and in the “puppet states” (Nigeria, Chile, the Middle East countries) which have emerged around them as sources of petrol, minerals and rare earths.
Piketty’s main worry as points out Justin Fox is that “growing wealth in Europe will bring a return to 19th century circumstances in which most affluent people get that way through inheritance.” Plus, “U.S. median income will continue lossing ground relative to other nations in the following years”. But this are not the only worries that we should identify. The BRICS countries are probably a good source of comparison to see how the growing wealth of the 20th Century remains on the hands of the few rich and is currently been passed through inheritance. Further, developing economies in South America and Africa are an extreme case of the last.
Piketty’s solution to Europe’s and U.S. problems is that a progressive global wealth tax be established. But this tax will fail to be the best response to the current dynamics of inequality if Capital continues flowing outside of Europe into multinational capital investments overseas and into State companies overseas.
I enjoyed this political economy analysis and will continue learning a lot from it. Piketty’s solution is a challenge for the study of global political economy and the reconfiguration of the global economy in the 21st Century. Perhaps if a new book is published studying the shareholders who own the most stock in almost every Fortune 500 company and the Capital of any major global company instead of only the economies of France, Germany or the United States more accurate insights will be found.