El Presupuesto y el poder de la corrupción

Ninette Grosjean, nuestra profesora de Pensamiento Político en la Universidad Francisco Marroquín solía decirnos todo el tiempo parafraseando a Lord Acton “¡cuidado jóvenes que el poder corrompe…!” Esa frase que decía, proféticamente, parece haber caído en oídos sordos de muchos colegas marroquinianos que actualmente ocupan una curul en el Congreso de la República de Guatemala. El poder corrompe a todo aquel cuyos principios no están firmes y que, anteponiendo sus intereses irracionales, satisface solo sus necesidades y no las de las personas que lo eligieron. La votación a favor del Presupuesto 2021 es un claro ejemplo de esta corrupción.

El Presupuesto fue aprobado de urgencia nacional con 115 votos a favor de manera opaca, contenía omisiones y anomalías graves y otorgó más espacios para la venta de favores y corrupción. En su redacción final, se aprobaron 99 mil 700 millones de quetzales y, junto con el Presupuesto, se aprobaron dos préstamos que suman 4 mil 908 millones de quetzales.

InstituciónVigente 2020Aprobado 2021Diferencia
Presidencia231225-6
Ministerio de Relaciones Exteriores597.7601.53.8
Ministerio de Gobernación5994.85901.9-92.9
Ministerio de Defensa2646.52630-16.5
Ministerio de Finanzas381.2375-6.2
Ministerio de Educación17783.518690.1906.6
Ministerio de Salud9823.29909.686.4
Ministerio deTrabajo802.2753.6-48.6
Ministerio de Economía2803.4442.7-2360.7
Ministerio de Agricultura1765.41703.8-61.6
Ministerio de Comunicaciones6777.48713.21935.8
Ministerio de Energía y Minas8195.214.2
Ministerio de Cultura y Deportes623588.5-34.5
Ministerio de Ambiente142.3185.643.3
Ministerio de Desarrollo7509.11462-6047.1
Fuente: tabla elaborada por Soy502. shorturl.at/fjFSX

Ese Gasto se financiará con Ingresos Tributarios por Q63 mil millones, dejando un déficit de deuda interna por Q24 mil 157 millones que se contratará con la venta de Bonos del Tesoro en bancos locales y con Préstamos internacionales por Q6 mil 915 millones. En total, el déficit presupuestario y los dos préstamos aprobados sumarán 35 mil 980 millones de quetzales que el Estado no tiene y el pueblo deberá pagar con altos intereses en las próximas generaciones.

Esa deuda representará unos 2 mil 85 quetzales por cada guatemalteco considerando que habemos 17.25 millones de habitantes en el país. Casi un salario mínimo de cada persona viva en el país servirá tan solo para pagar el déficit de un año del Presupuesto.

Como liberal con conciencia social siempre he tenido una preocupación con los déficits gubernamentales excesivos y el efecto de la deuda acumulada que podría llevarnos entornos financieros inestables y una calidad de vida devaluada para las generaciones futuras. En el caso de nuestro Presupuesto esto es  aún más preocupante pues el mismo no fue elaborado pensando en sacarnos de la crisis actual causada por la pandemia de Covid-19 sino que, además, no ha sido elaborado pensando en inversión para el desarrollo y la reestructuración del Estado en aras de una reducción de sus gastos administrativos y burocráticos. El Presupuesto 2021 incluso aumenta 215 millones de quetzales para gastos de alimentación de corruptos y la construcción de un edificio más para el Congreso y otorga 13 millones de quetzales para el mantenimiento del parasitario Parlamento Centroamericano que debería de desaparecer.

Nuestro país requiere de un comportamiento fiscal más responsable mediante el control del gasto deficitario y la acumulación de deuda. Para esta discusión la Escuela Austriaca ha dado importantes aportes a la discusión respecto al análisis del déficit desde este ángulo de escasez y coordinación en el mercado. El primero en hacerlo fue Ludwig von Mises que refutó la viabilidad de una economía socialista y le siguió Friedrich Hayek y Murray Rothbard con sus análisis de la estructura de las fuerzas de coordinación del mercado que son el sostén de la ley de la Oferta y Demanda y del proceso de establecimiento de precios en el mercado.

Las fuerzas son los procesos y toma de decisiones de mercado que coordinan la actividad entre ahorrantes e inversionistas y consumidores y productores. En conjunto, todas estas fuerzas macroeconómicamente se sustentan en un principio fundamental: el ahorro de recursos escasos.

Sabemos que el denominador común de toda actividad económica es el hecho de que el hombre actúa de forma racional en la mayoría de las ocasiones y que los agentes del mercado individuales emplean ciertos medios para alcanzar fines preferidos. Los individuos, que poseemos escalas de utilidad subjetivas y escatológicas, utilizamos los escasos medios de producción para fines específicos que elegimos en base a nuestros deseos y necesidades. Los individuos a nivel micro, lo hacemos para intentar eliminar una necesidad o malestar y conseguir una mejor situación a la que teníamos anteriormente.

El proceso continuo de asignación de recursos en toda la sociedad es simplemente un agregado del cálculo continuo que tiene lugar de forma individual entre los 17 millones de personas que vivimos en este país y que, a su vez, afectado por las decisiones que toman los habitantes en todo el mundo. Estas acciones individuales se coordinan a escala macroeconómica mediante el proceso de fijación de precios con la oferta y demanda y mediante la división del trabajo. Así, los empleados son recompensados con un salario y los productores son recompensados ​​o castigados con ganancias o pérdidas.

Así, los efectos que tendrá el impacto del gasto público del Presupuesto de Guatemala solo pueden evaluarse adecuadamente en el marco de la coordinación del mercado y cómo la inversión socializada deberá ser justificada para que los resultados de la inversión sean mejores que el resultado que se habría producido si esos mismos recursos hubieran sido economizados por los individuos en el mercado. El incremento cada año de los gastos operativos y administrativos del aparato burocrático en Guatemala que no servirá mejorar la situación de la sociedad guatemalteca no se justifica desde el análisis de la economía de mercado.

El gobierno no se enfrenta a las mismas limitaciones ni a las mismas motivaciones cuando gasta tal y como nos ocurre a los empresarios y asalariados en el mercado. Siguen aprobando presupuestos deficitarios que no van enfocados en mejorar la vida de los guatemaltecos y en asegurar el cumplimiento de las obligaciones constitucionales de cada uno de los entes de gobierno. El país es cada vez más pobre, cada vez más vulnerable al cambio climático, cada vez más presa de la impunidad y corrupción por capitalistas irracionales e sin ética y no contamos con un plan de fomento al desarrollo empresarial fundamentado en la cero tolerancia con la corrupción.

El gasto público del Estado no es un método para mejorar la economía del país, ni es un método para emplear recursos supuestamente inactivos. El resultado del gasto público es la pérdida de oportunidades y, una vez más, el costo es la ganancia que se habría producido si se hubiera permitido la economización menos el resultado del gasto público. Desafortunadamente, el gasto público causa más daño que bien porque redistribuye los medios de producción hacia la consecución de fines, no solo  inferiores a los que como individuos dirigiríamos esa inversión privada, sino que estará redistribuyendo los escasos medios de producción para alimentar a un grupo de corruptos, que vende prebendas corruptas, en oficinas de gobierno corruptas y que enriquece a personas privadas corruptas que, con los millones que han robado, pueden escapar a vivir a Miami y vivir y pagar fianzas en efectivo sin quedarse un centavo más pobres por tanto dinero corrupto que robaron del país. ¡Guatemala, Basta ya!

Decida con Objetividad

Estamos a días de las elecciones generales y los sentimientos y emociones empiezan a confundirnos. Las campañas negras aparecerán y el morbo que genera la indecisión de repensar hasta el último minuto nos invade. No obstante, es en estos momentos cuando más objetividad debemos de tener.

La filósofa Ayn Rand, escribió mucho sobre la toma de decisiones racionales e irracionales. Criticó durante toda su vida que los hombres eligieran políticos corruptos e injustos y que, incluso, votáramos a favor de candidatos que explícitamente han dicho que no respetarán los derechos de los ciudadanos.

En las palabras de Rand, el derecho al voto es parte central de un sistema social libre, y su valor depende de la estructura constitucional que implemente y delimite estrictamente el poder de los votantes. En Guatemala, tenemos un sistema republicano de elecciones y tan importante como el voto que daremos a la papeleta de Presidente y Vicepresidente, será la elección que hagamos en las papeletas para Diputados.

En teoría, en Guatemala tenemos un sistema de gobierno representativo. Este gobierno se basa teóricamente en el principio de que el hombre es un ser racional y qué, como diría Rand, somos capaces de percibir los hechos de la realidad, evaluarlos, formar juicios racionales, tomar nuestras propias decisiones y asumir la responsabilidad de los mismos. En teoría, porque desafortunadamente durante las últimas elecciones los políticos que hemos elegido han mostrado ir en contra de nuestros intereses racionales.

Las elecciones que tendremos el domingo serán el instrumento mediante el cual los guatemaltecos elegiremos de nuevo representantes y los autorizaremos para que nos representen en el gobierno.

Votar es un derecho derivado de nuestra libertad de acción y de nuestro derecho a la vida. Rand explicaba que los niños no pueden votar porque aún no han adquirido los conocimientos necesarios para formarse un juicio racional sobre cuestiones políticas. ¿Por qué? Porque la posesión de una facultad racional no garantiza que un hombre la usará, solo que puede usarla y, por lo tanto, es responsable de sus acciones hasta que es capaz de evaluarlas en base a un código de ética propio.

Este domingo debemos votar objetivamente con las herramientas de la razón: hagamos un proceso de identificación e integración basado no en percepciones y opiniones sino analizando la evidencia de lo que cada candidato ofrece y es capaz de darnos. Votemos por quienes defienden nuestra libertad individual y nuestro derecho a ser felices, por quienes nos permitirán buscar nuestra felicidad libremente. Votemos por quienes respeten nuestra independencia y no busquen limitar nuestras acciones privadas ni busquen decirnos a quién podemos o no podemos amar. Votemos por quienes respeten a todos los individuos por igual y por quienes nos ofrezcan un gobierno que cumplirá con sus obligaciones constitucionales, incluyendo las obligaciones en temas de derechos sociales. Votemos por un gobierno que esté dispuesto a repensar el gobierno y que esté abierto a revisar nuestra Constitución para corregir las fallas que en la misma existen y para que podamos construir una república más limitada y basada en leyes abstractas y generales donde todos seamos libres de buscar la felicidad.

Los pasos hacia la dictadura

“Nunca se rindan, nunca cedan, nunca, nunca, nunca, en nada grande o pequeño, nunca cedan salvo por las convicciones del honor y el buen sentido. Nunca cedan a la fuerza; nunca cedan al aparentemente abrumador poderío del enemigo” Winston Churchill

Los aprendices de dictador conocen que el electorado es fácilmente engañado cuando su atención está puesta en problemas mayores. Usualmente, estos gobernantes suelen ser ayudados por algún factor externo a su gobierno para conseguir capturar el poder y subordinarlo bajo su esfera de control. Desde terremotos desastrosos hasta enemigos externos no identificados suelen ser utilizados como excusa para limitar las libertades de los ciudadanos y controlar los distintos poderes de una nación soberana.

La captura de Venezuela no fue algo gestado de un día para otro, sino un lento y minucioso proceso de alianzas con políticos a cambio de favores que ofrecieron su lealtad a la dictadura de Maduro. Si vemos al pasado, la situación ha sido similar en todas las dictaduras que han llegado al poder de forma democrática. ¿cómo ha ocurrido y en qué momento el gobierno perdió los pesos y contrapesos que constitucionalmente fueron creados para evitar estos casos?

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Paso #1: aumentar el poder a través de la corrupción

Las dictaduras no son duraderas si no tienen a subordinados atados de manos. La mejor forma de conseguir el apoyo de amigos y enemigos es con dinero fácil a través de la corrupción. Las dictaduras suelen ser las formas más corruptas e ineficientes de gobierno. No por nada, el gobierno totalitario de Stalin fue famoso por tener fábricas de tornillos y herramientas gigantescas que nunca fueron llevados al mercado. La corrupción tiene distintas formas: dinero, plazas de trabajo, favores y concesiones, permisos y reconocimientos, entre otros. En Guatemala la corrupción es parte vital del engranaje gubernativo y es una práctica acostumbrada. Los gobiernos que quieren tener mayor poder utilizan la corrupción a su favor comprando apoyo donde antes no lo tenían. Así, hemos visto como incluso empresarios antes respetables han aceptado la violación de las instituciones e incluso de la Constitución de la República con tal de proteger privilegios otorgados por el gobierno de Morales.

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Paso #2: Capturar los medios de comunicación

El arma más valiosa de un ciudadano es su voz y su libertad de expresión. Para consolidar un gobierno dictatorial eficiente, el dictador debe, bajo cualquier medio, conseguir el control de la mayoría de los medios de comunicación. El caso típico de gobiernos militares en África y Asia ha demostrado de forma ejemplar cómo se utiliza esta estrategia y se nacionalizan los medios de comunicación para evitar la disensión al régimen. En Venezuela la televisión libre también fue destruida y quienes opinaban distinto al régimen eran acusados de proimperialistas.  En el caso de Guatemala y Centroamérica algo particular ha pasado debido a que los medios de comunicación más antiguos pertenecen a una red que se ha beneficiado de la corrupción a lo largo de muchísimos años. Esto ha facilitado a los gobiernos comprar el “favor” de los medios de comunicación al gobierno de turno a cambio de millones de dólares que durante muchísimos años se habían pagado. La llegada de la televisión por cable empezó a cambiar estas reglas, pero el poder que tienen sobre estos medios de comunicación también lo compraron a través de presión y amenazas de eliminar la principal forma de ingresos: quitar la compra de publicidad y tiempo de aire en alianza con empresarios aliados al régimen corrupto. El caso más ejemplar de esto fue realizado por el entonces presidente Álvaro Arzú Irigoyen quien casi llevo a la quiebra a un medio opositor al cortar la compra de publicidad vía sus socios y aliados. En las redes sociales los nuevos dictadores han aprendido la importancia de contratar a netcenters que trabajan creando información a favor del régimen para crear una falsa imagen de apoyo popular y conocer la opinión popular respecto a ciertos puntos importantes para el electorado. Y esto nos lleva al paso 3 y 4.

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Paso 3: crear un valor común

El presidente Jimmy Morales encontró un “valor común” con cristianos en contra del aborto y en contra de la igualdad de derechos para personas LGBTIQ. Este valor común le permitió ampliar su red de seguidores y utilizarlos para granjear un falso apoyo a su gobierno con el cual se proyectó internacionalmente. Otro valor importante que Morales ha utilizado a su favor ha sido la mal utilizada definición de Soberanía. Soberanía que ellos entienden como la injerencia “extranjera” de la CICIG y la ONU en los asuntos de justicia que ellos aducen competen solamente a los guatemaltecos. Guatemala es parte firmante del Acuerdo de creación de la CICIG y, por lo tanto, aceptó que las acciones y competencias de la Comisión existiesen como el único mecanismo para cambiar el rumbo de la corrupción e impunidad que había capturado el Estado. La defensa de la soberanía, término tan precioso y delicado, ha sido mal utilizado por el gobierno de turno para justificar cada una de las acciones que han realizado en violación de alguna norma, ley o dictamen constitucionalidad. El argumento que el gobierno esgrime es que, en aras de proteger la soberanía, cualquier acción es necesaria (incluso violar la Constitución e institucionalidad) consiguiendo para sí un apoyo de las masas ignorantes e iliberales que poco respeto tienen por la ley. Con estos y más argumentos se ha creado el #PactodeCorruptos con el que se ha identificado a un grupo de políticos, congresistas, civiles y empresarios que se apoyan unos a otros en la búsqueda de protegerse y proteger la soberanía de Guatemala.

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Paso 4: crear un enemigo común

Los enemigos los hay de dos tipos: internos y externos. Casi siempre, estos son formados por polilogismos irracionales que tiene como fin identificarnos a los “nosotros” de los “ellos” dado a que piensan de forma diametralmente distinta a un “nosotros” y son, por lo tanto, una amenaza. La gran falla de los defensores de estos polilogismos está en ignorar que los individuos tenemos libre albedrío y no podemos ser agrupados y suponer que todos pensamos igual debido a nuestra condición de clase, raza, nacionalidad o color de ojos. El polilogismo más conocido es el concepto de “conciencia de clase” que le permitió a Marx encontrar un enemigo común dentro de su plan ideológico para eliminar el sistema capitalista y tomar el control para darlo a los trabajadores. Actualmente, Morales supone que el enemigo común del pueblo de Guatemala son varios grupos: los proaborto, los gays y los extranjeros. Todos juntos somos quienes atentamos contra la soberanía del país y contra la “ética común” del guatemalteco judeocristiano como si no hubiese otras éticas entre las personas nacidas en Guatemala.

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Paso 5: mostrar la fuerza

Las dictaduras no sobreviven por mucho tiempo si no logran asustar o destruir a sus opositores. Para esto es necesario controlar las fuerzas de la policía y el ejército colocando a directores afines al régimen. En nuestros países democráticos à la carte, los gobiernos suelen llegar al poder con el apoyo del ejército y las elecciones se realizan solamente con aquellos candidatos afines a la elite gobernante. Actualmente, Jimmy Morales y sus aliados están asegurándose el control de las fuerzas de seguridad y del orden para consolidar una transición a elecciones durante el año 2019 que les permita realizar elecciones en apariencia democráticas solamente con los candidatos que cuentan con el beneplácito empresarial. Es así que veremos en los próximos meses los intentos que harán por dificultar la inscripción de Thelma Aldana y de otros candidatos que se oponen a su agenda.

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Paso 6: margaritas ante porcos

La traducción de esta frase latina es “echar margaritas a los cerdos” o “dar perlas a los cerdos” y su origen es de las Escrituras Cristianas en el libro de Mateo 7:6. Esta es una analogía para explicar lo que hacen los políticos en el poder cada cuatro años para consolidar la paz y el apoyo de la población. Esta frase bíblica suponía dar un consejo para que no se diera la generosidad más allá de lo que la persona es capaz de apreciarla. Por lo tanto, no hay que darle perlas a los cerdos, pues ellos solo quieren cualquier tipo de comida.  En el caso de Guatemala, el pueblo muerto de hambre y sediento lo que quiere cada cuatro años es que el gobierno les dé cosas gratis, comida, regalos, fertilizantes y pequeñas carreteras. A este pueblo no es necesario darle de regalo Justicia, Libertad y Certeza Jurídica pues es un premio que no saben ni pueden apreciar y, aún peor, no podrían estar ni siquiera interesados en recibirlos. Es por esto, que en las elecciones presidenciales nunca escuchamos los planes de trabajo ni conocemos la ideología de los candidatos, lo único que vemos es su oferta en programas sociales y regalos a los más necesitados.

Muchos de estos pasos ya fueron consolidados por el gobierno de Jimmy Morales y quienes lo pusieron en el poder. Está en manos de los ciudadanos educados y conscientes evitar que este país sea capturado de nuevo por la dictadura corporativista que nos tenía bajo su control. Guatemala es una democracia de papel y durante muchos años nos han hecho creer que la Justicia existe, que los gobiernos se Elijen y que los ciudadanos Deciden.  Sabemos que esa es una gran ilusión y el primer paso para enderezar el camino es defender la continuidad de la CICIG. Solo con el apoyo de la CICIG que fortalece como un peso más al sistema de Justicia, podremos empezar a detener y cambiar las formas y métodos en que la corrupción e impunidad fortalecían a un único poder detrás del trono.

Ayer era el momento de actuar y no lo hicimos. Ahora es el momento de defender la Libertad y la Justicia y, como Churchill sabiamente dijo, nunca, nunca, nunca ceder.

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Una larga historia de Escuadrones de la Muerte en Guatemala

No hace mucho tiempo en Guatemala se vivía con temor a salir a la calle y nunca regresar. Las desapariciones eran realizadas con las venia del Gobierno para eliminar a sus opositores y regresar a esas épocas es algo que debemos impedir. La primera acción a hacer para no cometer los mismos errores del pasado es recordar.

El ejército guatemalteco mantuvo registros detallados de las operaciones de su escuadrón de la muerte (ver links más adelante), según ha sido documentado por grupos de derechos humanos e informes de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos. Entre los registros que ahora tenemos, revelan el destino que dio el ejército a decenas de ciudadanos guatemaltecos que fueron “desaparecidos” por las fuerzas de seguridad a mediados de los años ochenta. En las bibliotecas digitales tenemos ya los reportes de fotografías y cientos de víctimas y referencias codificadas de la manera en que fueron realizadas sus ejecuciones sumarias. La fuente central de la información llega a nosotros de un documento de 54 páginas que fue sacado de contrabando de los archivos de inteligencia del ejército guatemalteco y entregado a los defensores de los derechos humanos en los años 90s, solo dos días antes de que una comisión de la verdad patrocinada por la ONU publicara su informe sobre la sangrienta Guerra Civil de 36 años del país.

El libro de registro cubre la actividad de los escuadrones de la muerte de las unidades de inteligencia guatemaltecas durante un período de 18 meses entre agosto de 1983 y marzo de 1985. Un extracto de dos páginas aparece en la edición de junio de 1999 de Harper’s Magazine. Según explicaban en una nota de prensa de la época y en el mismo artículo explicaban que,

“Este escalofriante documento es el equivalente del escuadrón de la muerte de un informe anual de productividad, una cuenta del interior de los archivos secretos de la máquina de matar de Guatemala”, dijo Kate Doyle, analista de la política de Estados Unidos en América Latina y directora del Proyecto de Guatemala en Seguridad Nacional.  “Es absolutamente único: un raro atisbo de asesinato político organizado desde la perspectiva de los perpetradores que lo cometieron”.

A lo largo de la guerra, el ejército guatemalteco utilizó el secuestro, la tortura y el asesinato en su campaña de contrainsurgencia contra la izquierda guatemalteca. Para cuando el gobierno y las guerrillas firmaron el Acuerdo de Paz en 1996, unas 200,000 personas habían muerto y más de 40,000 “desaparecidos” que probablemente fueron asesinados y lanzados a fosas o incinerados; de este número de muertos y desaparecidos, al menos un 93% estuvo en manos de las fuerzas de seguridad guatemaltecas tanto oficiales como extraoficiales, según explica el libro publicado por el difunto Monseñor Gerardi “Guatemala: Memoria del silencio”, del Informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico.

Exhumación en San Juan Comalapa, Guatemala

Luego de la publicación de estos informes se solicitó en los años 90s que el gobierno de Guatemala investigase los delitos detallados en el documento, e identificara y enjuiciara a los responsables. También pidieron al entonces Presidente Álvaro Arzú que tomara medidas inmediatas para proteger los archivos de los servicios militares y de inteligencia para evitar la destrucción de otras pruebas críticas que pudiesen existir sobre los delitos contra los derechos humanos. Ambas acciones nunca fueron realizadas y muchos desaparecidos en los años 80s siguen sin Justicia.

Hoy, los guatemaltecos estamos enfrentando acusaciones de un escuadrón de la muerte organizado desde el gobierno 20 años después de los escuadrones del ejército durante el conflicto armado. Los contextos son distintos pero los resultados son los mismos: violación de los derechos humanos de los guatemaltecos por personas con el apoyo del Gobierno de turno. 

No debemos subestimar la frustración en Latinoamérica con la creciente Corrupción y no debemos subestimar la tolerancia actual a las soluciones tiránicas de gobiernos de “mano  dura” que prometen soluciones enérgicas para problemas intratables. Aprendamos de los errores de nuestra historia que estas acciones solamente sirven para destruir nuestro tejido social y violar los derechos humanos de todos nosotros.

Los gobiernos autoritarios nos han ofrecido intercambiar nuestras libertades individuales y el Estado de Derecho por una mayor seguridad personal y social. La verdad es que esto ha sido un gran engaño y nos han dañado por generaciones. Cuando un gobierno declara que es aceptable matar a sus ciudadanos sin el debido proceso o, en realidad, cualquier proceso, la indignación debió y debería de ser inmediata y clara; sin embargo, en Guatemala por muchas ocasiones nos hemos quedado mudos. La historia de Guatemala ha estado plagada por la violencia política y con el tiempo se ha transformado en violencia de clase. A pesar de la mayoría de los gobiernos formalmente democráticos, el “legado del autoritarismo” persiste y la presencia de “actores armados” prevalece como resultado de una larga historia de violencia. La violencia experimentada en nuestro país ha provocado una erosión del capital social y nos ha sumido en desconfianza social, falta de unidad y miedo. Aún estamos a tiempo de cambiar de rumbo.

Libertarios, sí hubo genocidio

Simone Dalmasso
foto: Simone Dalmasso

El presente artículo busca conversar con un grupo específico de personas: libertarios y/o simpatizantes con las ideas libertarias que han tomado una postura pública en defensa de los generales  acusados de los delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad durante los años 1982-83 en Guatemala quienes no han dicho, tambiény con el mismo peso en sus opiniones que exigen se haga justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra civiles durante el gobierno de facto de estos militares y por los crímenes cometidos durante los 36 años de conflicto armado por el ejército y la guerrilla. En especial, ahora que se ha vuelto a confirmar que en Guatemala hubo genocidio del pueblo Ixil (lea más sobre el caso “Justicia a medias para el pueblo ixil: sí hubo genocidio, pero no hay culpables“.

Es con estas personas con quienes me gustaría conversar por unos instantes para presentarles mis puntos en contra de la actitud equivocada que han tomado al defender a estos políticos, empresarios y ex-militares acusados de crímenes de lesa humanidad.  Espero que luego de esta conversación encontremos puntos en común y ustedes puedan re direccionar sus energías a defender ideas y valores más importantes que los que hasta ahora han realizado.

Empiezo con un poco de contexto,

Ríos Montt y otros militares son acusados del delito de genocidio y crímenes de lesa humanidad mientras gobernaron el país.  Ríos Montt y otros militares implementaron y continuaron con estrategias militares en la lucha contra guerrilleros insurgentes en distintas regiones del país. Según la evidencia existente, las estrategias implementadas por estos militares  fueron planes militares que resultaron en actos de genocidio. Tal y como ellos han aceptado en sus declaraciones, las decisiones de estos militares eran eliminar la amenaza guerrillera que vivía escondida en las montañas selváticas en Guatemala y que amenazaba su poder en el control del uso de facto y amenaza de facto de la fuerza del Estado guatemalteco que recién habían capturado por un golpe de estado.

El genocidio es un delito internacional que comprende “cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal; estos actos comprenden la matanza de miembros del grupo, lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.” (via: Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 1998-2002 y la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948).  La legislación guatemalteca incluye pena de prisión de 30 a 50 años para los culpables de estos delitos.

En su mayoría, los negacionistas afirman que los actos militares durante el conflicto armado respondieron a prácticas de guerra necesarias para evitar el avance del comunismo en el país.  el artículo de Luis Figueroa presenta que “la lucha de los guatemaltecos contra la guerrilla, no fue genocidio.  El genocidio exige ciertos parámetros.”  Parámetros que según la lectura que realizó el autor no fueron la fuente de los actos cometidos por la jerarquía militar durante el conflicto armado, pues su intención era la de detener el avance del comunismo y no el eliminar a un grupo nacional, étnico, racial o religioso específico según establece la Convención de Ginebra de 1948 en la que se define el genocidio como,

“cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) Matanza de miembros del grupo;

b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;

e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.”

Los insurgentes fueron civiles guatemaltecos y extranjeros que se sublevaron y armaron para luchar contra el ejército en la búsqueda de promover el  colapso y caída del gobierno guatemalteco desde que tomaron las armas en 1960.  En aras de alcanzar este fin, los guerrilleros emplearon actos terroristas y se refugiaron en la selva del departamento de Quiché durante gran parte del conflicto armado.  Este mismo territorio era habitado desde cientos de años atrás, por grupos indígenas Uspantekos, Ixiles, Sacapultecos, Quiché, entre otros.  Aprovechándose de estos grupos indígenas; la guerrilla los manipuló y utilizó como escudos humanos y fuente de provisiones.  El ejército que buscaba eliminar la amenaza insurgente en la década de los 70s empezó a implementar estrategias militares en contra de la guerrilla y en contra de (y a pesar de) civiles que habitaban los pueblos, caseríos, aldeas y laderas de esta región aislada del país con tal de derrotarlos.  Entre las estrategias documentadas que fueron implementadas por estos militares (y también por otros militares en el poder en gobiernos anteriores) se encuentran masacres, asesinatos, torturas y violaciones en contra de hombres, mujeres y niños que habitaban en la región antes mencionada cometiendo así crímenes de lesa humanidad.  La guerrilla también implementó estrategias en contra de las poblaciones de civiles en esa región y también hay evidencias de crímenes de lesa humanidad cometidos por estos actores.

Brevemente he intentado mencionar un contexto relevante para continuar esta conversación con usted lector libertario y/o simpatizante con las ideas libertarias.

Ahora, me gustaría explicarle por qué está usted cometiendo un grave error al tomar una postura en favor de estos militares al decir o escribir que estos militares no cometieron genocidio y no mencionar y exigir, TAMBIEN, que estos militares pueden y deben ser acusados de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra cientos (o miles) de miembros mestizos y de distintas etnias indígenas en el departamento de Quiché durante los años 1982-83 de los cuales se han presentado y recabado evidencias y testimonio orales de sobrevivientes.

Creo que usted libertario está cometiendo un terrible error al dar más valor a la libertad de estos acusados debido a que según usted no hay evidencias suficientes de las acusaciones de genocidio.  Comprendo que para usted libertario, el valor de la libertad individual sea el valor supremo y que, el mismo, esté por encima de otros valores.  Sin embargo, yo creo que la libertad individual no es el valor supremo puesto que ese valor es la vida humana y al defender la libertad de estos militares acusados usted como líder de opinión amante de las ideas de la libertad está fallándonos.

El valor supremo es en mi opinión la vida feliz.  La vida, como valor supremo del individuo es el único valor que, teniéndolo, le permite al hombre buscar otros valores (incluyendo la libertad). La vida es el punto de origen desde el cual se deriva el concepto de valor mismo.  Sin esta no podemos valorar y buscar fines.  La vida es necesaria para que el individuo decida actuar en busca de la felicidad como propósito moral supremo.  Y note que menciono la vida feliz y no la vida infeliz.  Porque solamente la vida en búsqueda de la felicidad es la vida moral.  Cuando vivimos sin buscar la felicidad (cuando actuamos dañando, atentando o lastimando nuestra vida física y emocional) estamos desperdiciando nuestra vida y estamos actuando en contra de ella.  De la misma manera, cuando el sistema de gobierno en el que vivimos deja de proteger y velar por que todos los ciudadanos vivamos una vida feliz y empieza a utilizar y fomentar acciones que atentan contra la vida de sus miembros este gobierno está actuando en contra del valor supremo de la vida feliz del colectivo de ciudadanos que gobierna.  Note que menciono el colectivo de  ciudadanos que es gobernado debido a que estos ciudadanos son miembros voluntarios (e involuntario y a veces incluso no enterados) de una agrupación, de una sociedad civil, de un pueblo, de una nación, de un estado desde el momento en que conscientemente se asientan, votan, opinan o critican los actos de los gobernantes.

Así, en el sistema de gobierno militar que se impuso sobre la vida de civiles guatemaltecos durante el gobierno de facto de Ríos Montt, las acciones que este dictador y su cúpula de mando tomaron en contra de los civiles (incluyendo los civiles insurgentes) fueron todos y cada uno, actos criminales que deben ser juzgados con todo el peso de nuestras leyes vigentes.  El Tribunal B de Mayor Riesgo señaló que el alto mando del Ejército deRíos Montt que gobernó el país de marzo de 1982 a julio de 1983 sí tuvo la intención de exterminar a los habitantes de tres comunidades mayas.

Luego de que Ríos Montt diera un golpe de Estado y capturara el gobierno del país, el Presidente de facto suspendió la vigencia de la Constitución, vulneró la legitimidad institucional del Estado guatemalteco, e implementó la violencia y la amenaza de violencia para reemplazar al gobierno civil y electo democráticamente, por un gobierno militar dictatorial.  Todas las estrategias que este militar y su grupo de mando tomaron durante su gobierno en contra de la guerrilla fueron, por lo tanto, actos en contra de civiles que pueden y deben ser entendidos como crímenes de lesa humanidad. Para acabar con la insurgencia el Ejército atacó a la población civil que la apoyaba. A la región ixil llegaron los pelotones con bombas, aviones y armas de alto impacto. Además, cuando el Ejército descubrió que volvían a sus casas cada vez que la tropa se retiraba, resolvieron quemarles las casas, las cosechas, matar a los animales o comérselos.

En este sistema de gobierno dictatorial establecido por el dictador Efraín Ríos Montt durante los años 1982-83 la libertad de todos los ciudadanos fue coartada y limitada por el golpe de estado.  Pero más importante aún fue que la vida de todos los ciudadanos fuera sujeto de la amenaza del uso de la fuerza por el gobierno golpista.

Según explican con más detalle en el artículo de Plaza Pública,

Los que huían eran tachados de subversivos. Los que se quedaban debían concentrarse, someterse al dominio militar sin derecho a movilizarse para buscar empleo en otras comunidades. A los que se rindieron se les obligó a convertirse en patrulleros para vigilar y delatar a sus propios vecinos. Los obligaron a quemar los cultivos de maíz para impedir que los que huían tuvieran un medio de sobrevivencia.

Los que huyeron a la montaña murieron de inanición, reconoció el tribunal. Los sobrevivientes sufren hoy las consecuencias de los padecimientos. “Solo el Señor sabe cómo sobrevivieron a todo esto” reflexionaba la jueza María Eugenia Castellanos.

Aún está usted a tiempo de ser un agente de cambio positivo.  Aún estamos a tiempo de hacer justicia por los verdaderos y más importantes valores.  Ya no estamos a tiempo de llevar a la justicia a los culpables de terribles crímenes pues fallecieron impunes. Sin embargo, estamos a tiempo de empezar a construir un mejor futuro para nuestro país educando a nuestros jóvenes sobre la historia de Guatemala y los errores y crímenes cometidos por nuestros líderes.

La historia del genocidio perpetrado en Guatemala no pertenece solamente al pasado. Es una historia viva, que nos concierne a todos, cualesquiera que sean nuestras
distintas procedencias, culturas o religiones. Queda en nosotros extraer enseñanzas del pasado para construir un mejor futuro para los guatemaltecos.